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Mientras el mercado celebra cifras macroeconómicas aparentemente estables, una crisis silenciosa corroe el futuro: uno de cada seis jóvenes chilenos no encuentra trabajo. Las promesas de soluciones regionales brillan, pero la letra chica revela riesgos estructurales profundos que ningún programa puede ignorar.
Los números duros del 16 de noviembre del 2025 pintan una foto engañosamente tranquila: el dólar se acomoda en los $925, el euro ronda los $1.081 y la UF se mantiene en un altísimo $39.643. Este escenario, sin embargo, es solo la superficie de una tormenta perfecta para una generación. La desocupación juvenil del 16.7% no es una estadística más; es un fallo sistémico que presiona sobre el consumo futuro, la recaudación fiscal y, en última instancia, la estabilidad social. Ignorarla por un dólar estable es un error de cálculo caro.
- El Dato: Desempleo juvenil en Chile: 16.7%. Casi el doble del promedio nacional y un lastre para el PIB potencial.
- Por qué importa: Un joven sin ingresos no ahorra, no accede a crédito hipotecario (con una UF en $39.643, menos aún) y posterga la formación de capital humano. Es inflación y bajo crecimiento en ciernes.
- Lo que viene: Programas como "Iniciativa por los Jóvenes" anuncian metas superadas, pero la prueba real es la sostenibilidad en un entorno de posible recesión global y altos costos financieros locales.
La Cumbre de Bogotá: ¿Fuego de Bengala o Solución Estructural?
La X Cumbre por los Jóvenes de la Alianza del Pacífico en Bogotá generó titulares optimistas. Una multinacional anunció que su meta de impactar a 10 millones de jóvenes para 2030 se alcanzó anticipadamente. En la región, 2.8 millones habrían sido "beneficiados", con más de 43 mil "oportunidades". En Chile, la cifra ronda los 200 mil jóvenes. Suena impresionante. Pero el experto en riesgo debe hacer la pregunta incómoda: ¿impactar significa contratar? Las "ferias laborales", "capacitaciones" y "charlas de marca personal" son actividades, no resultados garantizados. En un mercado donde el costo de vida lo dicta una UF que no deja de trepar, un taller de educación financiera es útil, pero no sustituye un salario estable que permita planificar.
El modelo se apoya en tres pilares: empleabilidad, emprendimiento y agroemprendimiento. Aquí está la primera advertencia. Fomentar el emprendimiento juvenil en un escenario de tasas de interés elevadas y restricción crediticia es invitar a asumir riesgos personales extremos. No todos están preparados para ser microempresarios; muchos necesitan un primer empleo formal que les dé experiencia y un flujo de caja predecible. La Mesa de Empresas Aliadas y los Diálogos Público-Privados son un buen primer paso, pero carecen de métricas de éxito vinculantes. ¿Cuántos puestos de trabajo reales y permanentes se crearon?
"Celebrar 'metas superadas' en empleo juvenil basadas en participación es como festejar un repunte del dólar ignorando la inflación subyacente. Lo que cuenta no es la asistencia a la feria, es el contrato firmado y el sueldo que resiste el alza de la UF."
El Verdadero Riesgo: La Desconexión con la Realidad Macroeconómica Chilena
El optimismo de las cumbries choca con la realidad del bolsillo chileno. Un joven que hoy busca trabajo lo hace en una economía donde la Unidad de Fonda ha superado los $39.600. Esto encarece brutalmente cualquier crédito estudiantil o hipotecario futuro, limitando su movilidad social. Un dólar en $925 mantiene importaciones e insumos caros, presionando a las pymes que son, precisamente, las mayores generadoras de empleo juvenil. Programas de inserción laboral, por muy bien intencionados, nadan contra una corriente macroeconómica compleja.
La iniciativa reporta "más de 43 mil oportunidades". Incluso si todas fueran puestos de trabajo (que no lo son), es una gota en un océano de necesidad regional. La arquitectura de la solución parece depender excesivamente de la voluntad y el balance de una sola empresa. ¿Qué pasa si su estrategia global cambia? ¿Dónde está el rol del Estado chileno en generar incentivos tributarios permanentes y reales para la contratación juvenil, más allá de los actos de buen voluntad? La salud mental y la educación financiera, temas abordados en los talleres, son paliativos críticos, pero no sustituyen una política económica que priorice la creación de empleo de calidad. La verdadera pregunta para el lector es: ¿confiaría su plan de vida a una "oportunidad" o construiría sobre la certeza de un mercado laboral robusto? Chile aún debe responder eso.