Hoy es 15 de noviembre de 2025 y, mientras el Dólar se ancla en los $925 y el Euro pisa los $1.078, la economía chilena sigue su pulso. La UF, por su parte, marca $39.643, reflejando movimientos que afectan tu bolsillo y tus proyectos. Pero, ¿qué pasaría si un pilar fundamental de nuestra prosperidad, como el cobre, se viera amenazado por trabas que vienen de casa?
La noticia es fresca y urgente: un chileno ha sido clave en una batalla silenciosa para evitar que Estados Unidos imponga aranceles a nuestro metal rojo, todo por la lentitud de los permisos ambientales en Chile. Sí, leíste bien. Justo cuando necesitamos que cada dólar cuente, un cuello de botella interno casi nos cuesta caro en el mercado internacional. La señal es inequívocamente clara: nuestro marco regulatorio necesita un despertar urgente para no poner en jaque nuestra principal fuente de ingresos y nuestra posición global.
El Marco Regulador: ¿Dormido o Despierto?
Juan Ignacio Diaz, Presidente y CEO de la International Copper Association (ICA), no se anda con rodeos. Él ha sido una pieza fundamental para desactivar la amenaza de aranceles estadounidenses, que habrían golpeado duramente a nuestra principal exportación. El motivo de la discordia: los extensos tiempos que toma obtener permisos ambientales para proyectos mineros en nuestro país.
Su declaración es lapidaria: “El marco regulatorio está dormido”. Imagina esto: tienes un producto de clase mundial, demandado globalmente, pero no puedes producirlo ni despacharlo con la agilidad necesaria porque la burocracia te frena. Esto no solo desincentiva la inversión extranjera y local, sino que también pone en riesgo nuestra capacidad para cumplir con las crecientes expectativas de producción de cobre, esenciales para la transición energética mundial.
La Receta para el Futuro: Alianzas Clave
Diaz tiene la visión clara: las alianzas público-privadas son el camino más eficaz para que Chile no solo evite sanciones, sino que realmente alcance sus ambiciosas metas de producción de cobre de aquí al 2050. No se trata solo de extraer más metal; se trata de hacerlo de forma sostenible, eficiente y, sobre todo, con la agilidad que el mercado global exige.
El desafío es enorme. Debemos modernizar y flexibilizar los procesos sin comprometer los estándares ambientales. La colaboración entre el Estado, las empresas y las comunidades se vuelve indispensable para asegurar que Chile siga siendo un líder indiscutible en la minería del cobre.
Tu Bolsillo y el Cobre: La Conexión Directa
Entonces, ¿por qué te debe importar esto directamente? Porque cada tonelada de cobre que dejamos de producir, o que se encarece por aranceles o retrasos burocráticos, significa menos ingresos para el país. Eso se traduce en menos inversión en infraestructura, menos programas sociales, menos empleos y, en última instancia, menos oportunidades para ti y tu familia.
La lentitud en los permisos no es solo un problema técnico-administrativo; es un freno directo a nuestro desarrollo económico y a tu futuro. Es hora de que el marco regulatorio despierte de verdad. La agilidad hoy es sinónimo de prosperidad mañana. ¿Estamos listos para este desafío y para asegurar que el motor de Chile siga rugiendo fuerte?