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El mercado respira tranquilo con el dólar en $925, pero la letra chica del panorama político chileno esconde la tormenta perfecta. La verdadera prueba para tu bolsillo no será el lunes 17, sino los doce meses siguientes de negociación y bloqueos en un Congreso sin dueño.
El 16 de noviembre de 2025 el tipo de cambio exhibe una falsa calma. El dólar se transa en $925, el euro en $1.081 y la UF en $39.643. Las cifras son solo un disfraz temporal. El mercado ya descuenta un balotaje entre Jeannette Jara y José Antonio Kast, pero está comprando un riesgo mal valorado: la imposibilidad de gobernar. La incertidumbre no se licúa con un ganador claro, se traslada a las negociaciones en el hemiciclo donde se cocinará, o se quemará, la agenda económica.
- El Dato: El análisis base de bancos de inversión asigna un 70% de probabilidad a un escenario Kast-Jara en segunda vuelta, con victoria del candidato de oposición.
- Por qué importa: Porque el mercado está pagando por estabilidad que aún no existe. Una victoria ajustada de Kast, o una derecha que no suma el 50% de los votos, desataría presiones cambiarias inmediatas, encareciendo importaciones y presionando la inflación local desde el primer día.
- Lo que viene: Volatilidad garantizada. Los pronósticos de un dólar en $870 con reformas pro-crecimiento o en $970-$980 con oficialismo son escenarios extremos. La zona gris, la más probable, es un peso atrapado entre $900 y $940, sujeto a cada votación legislativa compleja.
La Calma Precaria: ¿Por Qué el Mercado Subestima el Riesgo Político?
La narrativa dominante es peligrosamente simplista: Kast gana, el peso se aprecia, el IPSA sube. La realidad es de una complejidad que el precio actual del dólar ignora. Analistas como Ignacio Mieres de XTB apuntan a un Congreso inclinado a la derecha, lo que en teoría es pro-mercado. Sin embargo, LarrainVial ya advierte sobre la fragmentación de la derecha y un posible empate técnico en el Senado. Eso no es gobernabilidad; es una receta para la parálisis. Un dólar en $910 proyectado por algunos asume que las reformas fluirán. ¿Qué pasa si la primera ley importante se atasca? La corrección será violenta.
Thomas Naeter de Capitaria anticipa alta volatilidad el lunes post-elecciones, con un rango que podría ir de $922 a $950. Esa es solo la reacción primaria, visceral. El riesgo sistémico emerge después, cuando el gobierno electo intente convertir su programa en ley y se enfrente a una Cámara de Diputados y un Senado donde ningún bloque tiene el control absoluto. La capacidad de implementar políticas ortodoxas o de contención del gasto, tan cacareada en las campañas, chocará contra la pared de los acuerdos.
"El mercado está descontando una victoria, pero no está descontando la batalla. Compran 'estabilidad Kast' a un precio que no incluye la prima de riesgo por un Congreso ingobernable. Esa es la letra chica que nadie está leyendo."
El Verdadero Termómetro: Gobernabilidad y Letra Chica del Congreso Nacional
Morgan Stanley proyecta un IPSA de 10.900 puntos hacia mediados de 2026, con hasta un 40% de retorno en escenario de reformas pro-inversión. Esa proyección es el escenario azul, el optimista. El escenario rojo, el que mi rol obliga a señalar, es otro. Credicorp Capital asume que el mercado ya descuenta una mayoría simple para la derecha, pero sin los 4/7 necesarios. Eso significa que cada reforma tributaria, laboral o previsional requerirá un circo político de negociaciones, concesiones y posible fracaso. Cada fracaso es un golpe de oferta para el peso chileno.
La UF en $39.643 no es un dato inocente. Es la referencia de créditos hipotecarios y contratos de largo plazo. Su trayectoria futura dependerá de la inflación, y la inflación dependerá, en parte crucial, del tipo de cambio. Un dólar estancado en la alta volatilidad por parálisis legislativa mantendrá presiones de costos. La reactivación económica necesita señales claras, no promesas bloqueadas en comisiones. Para tu bolsillo, esto se traduce en créditos más caros, un IPSA errático que castiga los fondos de pensiones y un poder adquisitivo que se erosiona mientras los políticos negocian su espacio de poder. ¿Realmente el mercado ha internalizado el costo de la ingobernabilidad, o simplemente está esperando a que la factura llegue?