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$39.643
$69.542
Mientras el mercado se obsesiona con el minuto a minuto del dólar, un premio científico en Santiago expone el activo chileno más subvalorado y de mayor proyección a largo plazo. En un país atado a los commodities, la inversión en capital humano femenino especializado podría ser la única cobertura real contra el riesgo estructural.
El índice más importante para un país no siempre cotiza en bolsa. Este martes 2 de diciembre, con el dólar observado en $923 y la UF anclada en $39.643, la verdadera señal de fortaleza o debilidad futura se emitió desde la Academia de Ciencias. La ceremonia del programa "For Women in Science" 2025 no es solo un acto de reconocimiento. Es un termómetro de la capacidad de Chile para diversificar su matriz productiva y dejar de depender de ciclos externos. En riesgo & crisis, llamamos a esto evaluación de activos intangibles. Y los nuestros presentan una alerta amarilla.
- El Dato: Dos investigadoras chilenas, Lorena Hernández-García y Fiorella Rocco, recibieron el premio global L'Oréal-UNESCO, un reconocimiento al talento científico de alto impacto.
- Por qué importa: La economía chilena sufre una crónica dependencia de los recursos naturales. Cada punto del PIB que no proviene del cobre o el litio depende de innovación y conocimiento aplicado. Este capital humano es escaso, y su desarrollo es una inversión de retorno lento, pero imprescindible para la sostenibilidad fiscal y el crecimiento orgánico a 20 años.
- Lo que viene: Si la política pública y la inversión privada no escalan este reconocimiento simbólico a una estrategia nacional con presupuesto real, seguiremos exportando materias primas e importando tecnología. La brecha de productividad con la OCDE se mantendrá, presionando el tipo de cambio real a la larga.
Ciencia vs. Dólar: La Verdadera Cobertura ante la Volatilidad
Analicemos el portafolio país. Nuestros principales activos de exportación están sujetos a la volatilidad de la demanda china y los precios internacionales. El dólar a $923 no es una señal de fortaleza interna; es un reflejo de flujos de capital y precios de commodities. La UF en $39.643 indexa una inflación que la ciencia y la tecnología pueden ayudar a domar, a través de ganancias de eficiencia y nuevos sectores económicos. Invertir en cerebros, especialmente en el 50% del talento históricamente subutilizado, no es un gasto en responsabilidad social corporativa. Es una posición estratégica de cobertura.
El respaldo multisectorial al evento "“con la presencia de la directora de L'Oréal Chile, Magdalena Zapata; la directora regional de UNESCO, Esther Kuisch Laroche; y el ministro Aldo Valle"“ es un síntoma positivo de consenso. Pero el riesgo está en la letra chica: los discursos de apoyo deben traducirse en partidas presupuestarias concretas, en reformas tributarias que incentiven la I+D en empresas, y en una carrera pública atractiva para retener a estas mentes en Chile. De lo contrario, es pura publicidad. El "capital humano" del que tanto se habla se deprecia si no existe un ecosistema que lo valore y lo emplee.
"En la macroeconomía de un país, el conocimiento es el único activo que no sufre depreciación por uso, sino que se aprecia con el tiempo. La pregunta es si nuestro mercado, enfocado en el cortoplacismo, está dispuesto a comprar ese papel."
El Riesgo País y el Capital Humano: Una Ecuación Pendiente
Las investigaciones galardonadas son el ejemplo perfecto. Hernández-García estudia núcleos galácticos, ciencia básica que sienta las bases para tecnologías que aún no concebimos. Rocco, desde la ingeniería, desarrolla aplicaciones con impacto directo en sectores productivos. Este binomio es fundamental: la ciencia de frontera y la aplicación práctica. Es el mismo principio de una cartera diversificada. Chile ha invertido casi exclusivamente en el lado aplicado y de extracción, descuidando la base fundamental que garantiza la innovación futura.
El programa FWIS visibiliza un nicho de altísimo potencial. Pero un puñado de becas al año no cambia la estructura. La fuga de cerebros hacia centros de investigación extranjeros sigue siendo un pasivo contingente enorme para la economía nacional. Cada investigadora que se va, se lleva consigo un retorno potencial sobre la inversión en educación que hizo el Estado chileno. Eso se mide en patentes no generadas, startups no creadas y valor agregado que no se captura localmente. En un mundo donde el euro se cotiza a $1.074 y la guerra por el talento es global, Chile compite con desventaja si no mejora sus condiciones de base.
La próxima vez que vea el precio del dólar en su pantalla, recuerde que detrás de esa cifra hay una economía real cuya productividad está estancada. La ceremonia en la Academia de Ciencias mostró dos activos de primer nivel. ¿El mercado chileno, en su sentido más amplio, sabrá valorarlos e invertir en ellos antes de que sea demasiado tarde?