En un escenario económico global que no da tregua, donde el dólar se cotiza a $925, el euro a $1.078 y la UF alcanza los $39.643, las alianzas comerciales se vuelven cruciales. Mientras los mercados chilenos observan con atención, un movimiento estratégico en la región capta todos los focos: Estados Unidos y Argentina han sellado un ambicioso acuerdo comercial. Este pacto no solo redefine la relación bilateral, sino que también nos invita a reflexionar sobre el estado de las negociaciones de Chile con su segundo socio comercial más importante.
Un Nuevo Capítulo para Argentina: El Acuerdo con EE.UU.
La Casa Blanca anunció con bombo y platillo la formalización de un marco de acuerdo comercial entre Estados Unidos y Argentina. Este entendimiento, gestado bajo las administraciones de Donald Trump y Javier Milei, y con la reciente llegada del embajador Peter Lamelas, busca cimentar una "alianza estratégica" basada en valores democráticos, libre empresa y mercados abiertos. Es un claro mensaje de la administración Milei por atraer inversiones y reconfigurar su panorama económico.
¿Qué significa este acuerdo en la práctica? La profundidad de la cooperación abarca desde la reducción de aranceles hasta la armonización de estándares, pasando por la protección de la propiedad intelectual. En esencia, ambos países buscan impulsar el crecimiento a largo plazo y generar un entorno comercial más transparente y dinámico.
Las Claves del Pacto Bilateral: Más Allá de los Titulares
- Apertura de Mercados Recíproca: Argentina abre sus puertas a productos estadounidenses clave como medicamentos, maquinaria y tecnología, además de permitir el acceso preferencial para ganado bovino vivo y aves de corral en el futuro cercano. Por su parte, EE.UU. eliminará aranceles sobre ciertos recursos naturales y productos farmacéuticos no patentados, mejorando también el acceso para la carne vacuna argentina.
- Protección Intelectual y Estándares: Argentina se compromete a fortalecer la lucha contra la falsificación y piratería, alineando su marco legal con las normativas internacionales. Esto genera un ambiente de mayor confianza para las empresas innovadoras.
- Compromisos Cruciales: El acuerdo también incluye disposiciones en materia laboral, como la prohibición de importar bienes producidos con trabajo forzoso; medioambientales, combatiendo la tala ilegal y fomentando una economía de recursos eficientes; y de seguridad económica, para enfrentar prácticas no mercantiles de otros países.
- Oportunidades Estratégicas: Se potenciará la cooperación en inversión y comercio de minerales críticos, un sector vital para la transición energética global, y se buscará estabilizar el comercio mundial de soja.
¿Y Chile? La Negociación Continúa en la Cuerda Floja
Mientras Argentina celebra su pacto, Chile sigue en la mesa de negociaciones con la administración estadounidense. A diferencia de otros aliados latinoamericanos como Ecuador, El Salvador y Guatemala, que ya han cerrado acuerdos similares, nuestro país enfrenta un arancel del 10% en productos sensibles. Industrias vitales como la forestal y la salmonera han sentido el golpe de estas tarifas, impuestas desde abril pasado.
Desde la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei), liderada por Claudia Sanhueza, aseguran que las conversaciones con la USTR y el Departamento de Comercio de EE.UU. "se encuentran en etapa final" tras dos rondas de avances. Es una señal esperanzadora, pero la demora ya tiene un costo.
El Impacto para el Lector Chileno: ¿Qué Significa Esto para Nosotros?
La formalización del acuerdo entre EE.UU. y Argentina envía una señal clara sobre la dirección que busca la economía global: más apertura, menos barreras. Para el lector chileno, esto tiene varias lecturas.
En primer lugar, la competitividad. Si Argentina logra un acceso preferencial significativo a EE.UU., los exportadores chilenos podrían verse en desventaja si no conseguimos un acuerdo similar pronto. La "etapa final" de las negociaciones con EE.UU. debe traducirse en hechos concretos para nuestras empresas, que necesitan certezas y condiciones justas para competir en el segundo mercado más importante para Chile, con un intercambio comercial que superó los US$31.600 millones en 2024.
La eliminación del arancel del 10% es una prioridad urgente para sectores clave. Un acuerdo exitoso no solo liberaría a estas industrias de una carga financiera, sino que también abriría nuevas oportunidades de inversión y crecimiento, alineando a Chile con las tendencias de integración económica que sus vecinos ya están adoptando. El desafío es mayúsculo, pero la ventana de oportunidad está abierta. Es hora de que Chile dé el paso definitivo y asegure su lugar en esta nueva configuración del comercio global.