Dólar Chileno en $936: Estabilidad Engañosa y Riesgos para 2025

Noticia sobre Dólar Chileno en $936: Estabilidad Engañosa y Riesgos para 2025
Mercado al 28 de abril de 2025

⏱️ 4 min

DÓLAR
$936
EURO
$1.060
UF
$39.062
UTM
$68.306

El tipo de cambio se mantiene en una banda de estrecha fluctuación cerca de los $936, una estabilidad engañosa que encubre presiones inflacionarias latentes y un complejo dilema para la política monetaria del Banco Central. La apreciación nominal del peso chileno frente a un dólar globalmente fuerte plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del actual equilibrio y sus efectos en el sector exportador.

El mercado cambiario chileno exhibe una calma relativa en la última semana de abril de 2025, con el dólar observado anclado en niveles de $936. Esta estabilidad contrasta con la volatilidad esperada en un entorno global de ajuste de expectativas sobre las tasas de la Reserva Federal. La aparente fortaleza del peso no es un fenómeno aislado, sino el resultado de una convergencia de factores domésticos, principalmente la persistente demanda por pesos impulsada por el alto nivel de las tasas de política monetaria local y flujos de capital asociados al precio del cobre.

  • El Dato: El dólar se cotiza a $936, mientras el euro alcanza los $1.060 y la Unidad de Fomento (UF) marca un histórico de $39.062, reflejando la indexación de la economía a la inflación pasada.
  • Por qué importa: Un peso fuerte presiona a la baja la inflación importada, otorgando margen de acción al Banco Central, pero simultáneamente erosiona la competitividad de las exportaciones no cobre, un sector clave para la diversificación productiva.
  • Lo que viene: La tranquilidad en el mercado spot es precaria. La publicación de datos de empleo e inflación en Estados Unidos y la próxima decisión del Banco Central de Chile respecto a la Tasa de Política Monetaria (TPM) actuarán como catalizadores de volatilidad.

La Paradoja Cambiaria: Un Peso Fuerte en un Contexto Global Incierto

La estabilización del tipo de cambio en $936 constituye una anomalía macroeconómica digna de análisis. Tradicionalmente, un endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos genera fugas de capitales desde economías emergentes y presiones depreciatorias sobre sus monedas. Sin embargo, el caso chileno presenta un desacople temporal. La autoridad monetaria local ha mantenido una TPM restrictiva, creando un diferencial de tasas atractivo que sostiene la demanda de activos en pesos. Este fenómeno se ve potenciado por los ingresos de divisas derivados de un precio del cobre que, aunque con altibajos, se mantiene en niveles estructuralmente altos.

La apreciación nominal, sin embargo, debe matizarse al considerar la inflación. La brecha entre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Chile y el de Estados Unidos ha complicado el cálculo del tipo de cambio real, que es el indicador relevante para la competitividad. Un peso nominalmente fuerte, pero en un contexto de inflación doméstica aún por encima del objetivo meta, no necesariamente se traduce en una ganancia real de poder adquisitivo para los consumidores chilenos. El valor récord de la UF, en $39.062, es un testimonio crudo del rezago inflacionario que aún permea la economía.

"La actual fortaleza del peso es, en parte, un espejismo monetario. Refleja la política de contracción de la demanda interna, no un fortalecimiento fundamental de la productividad. El riesgo es que esta calma cambiaria retrase los ajustes microeconómicos necesarios y genere complacencia en un entorno fiscal que sigue siendo expansivo."

Factores de Riesgo y el Dilema del Banco Central

La proyección de la trayectoria del dólar hacia fines de 2025 está sujeta a una alta sensibilidad ante dos variables críticas. La primera es la velocidad del proceso de desinflación chileno. Cualquier repunte inesperado del IPC forzaría al Banco Central a mantener o incluso aumentar la TPM, profundizando el diferencial de tasas y atrayendo más capitales, lo que podría reforzar la apreciación cambiaria en un círculo vicioso para los exportadores. La segunda variable es el precio del cobre, nuestro principal shock de términos de intercambio. Una corrección sustancial en los mercados de commodities, impulsada por una desaceleración china más pronunciada, eliminaría de golpe uno de los pilares que sostienen al peso.

El Banco Central enfrenta así un trilema complejo. Debe seguir anclando las expectativas inflacionarias, lo que sugiere mantener una postura contractiva. Pero al mismo tiempo, un peso excesivamente fuerte comienza a transmitir señales deflacionarias a sectores transables no tradicionales y afecta los márgenes de las empresas con deuda en dólares. La autoridad ha utilizado con prudencia su programa de acumulación de reservas, pero la herramienta cambiaria directa tiene límites evidentes en un mercado de capitales abierto como el chileno. La próxima reunión del Consejo será una pieza clave para descifrar si priorizan el combate a la inflación por sobre los desequilibrios cambiarios, o si el tono comunicacional comienza a incorporar advertencias explícitas sobre la fortaleza del peso. ¿Estará la economía chilena preparada para un giro de la Fed hacia el recorte de tasas, que inevitablemente reduciría el atractivo relativo del peso?

👨‍💼
Análisis por Dr. Andrés Valdés

Macroeconomía | Redacción ValorDolar.cl