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El dólar opera en terreno volátil a $936 este 28 de abril, mientras el mercado evalúa una tormenta perfecta de factores. La proyección para el resto del 2025 ya no es un ejercicio académico, sino una hoja de ruta crítica para importadores, deudores en USD y el Banco Central.
El tipo de cambio hoy refleja una pausa tensa. Los $936 CLP por dólar y los $1.060 por euro encapsulan una calma frágil, con la UF trepando a $39.062 como recordatorio de presiones internas persistentes. Este no es un dato aislado. Es el punto de partida para un año donde la política monetaria de la Fed, el precio del cobre y la incertidumbre política local convergen.
La mesa está servida para movimientos bruscos. Los traders no hablan de tendencias claras, sino de rangos de trading y niveles de soporte y resistencia. El carry trade, ese viejo aliado del peso, enfrenta vientos en contra.
- El Dato: Dólar observado a $936 CLP y UF en $39.062 al 28 de abril de 2025.
- Por qué importa: Un dólar por encima de $930 presiona el costo de vida, encarece las importaciones y limita el margen del Banco Central para recortar tasas sin generar presión cambiaria.
- Lo que viene: El rango técnico inmediato se ubica entre $920 y $950. Una ruptura definida por encima de $950 abriría la puerta a probar la banda alta de las proyecciones anuales, hacia los $1.000.
La Fed, el cobre y la incertidumbre local: los tres jinetes del dólar
El principal driver externo sigue siendo la Reserva Federal. Cada declaración de Jerome Powell se traduce en movimientos instantáneos en los mercados emergentes. Chile, con su tasa de política monetaria en descenso, queda expuesto si la Fed demora o pausa su ciclo de flexibilización. El diferencial de tasas se estrecha, y el peso pierde atractivo para el capital especulativo.
Internamente, el cobre actúa como un amortiguador y un amplificador. Una demanda china sólida sostiene los ingresos fiscales y genera un flujo de dólares. Pero el mercado ya descuenta eso. La verdadera volatilidad surge con cualquier dato débil de manufacturas en China o con inventarios altos en las bolsas de metales. La economía chilena sigue atada a este ciclo, y el tipo de cambio lo siente en tiempo real.
"El mercado ya no discute si habrá volatilidad, sino cómo de amplio será el rango de trading. Estamos viendo un piso político cerca de los $900 y un techo técnico que, si se rompe, nos lleva a explorar los $1.000. La clave es la velocidad de ajuste del BCCh frente a la Fed", analiza un trader de mesa de dinero de un banco local.
El verdadero riesgo: una espiral inflacionaria cambiaria
El Banco Central de Chile camina sobre una cuerda floja. Su mandato es bajar la inflación hacia el 3%, pero un dólar persistentemente alto o en clara tendencia alcista complica la ecuación. Encarece los bienes importados y presiona los costos. Una depreciación brusca del peso podría forzar al BCCh a detener los recortes de tasa o, en un escenario extremo, a intervenir.
El canal de transmisión es directo. Un dólar alto significa petróleo y bienes de capital más caros en pesos. Eso se filtra a los precios internos. La UF, ya en máximos nominales, responde a esta inercia. Para las familias con créditos hipotecarios indexados a la UF o deudas en dólares, cada centavo de alza en el tipo de cambio es un golpe a la capacidad de pago.
La incógnita política añade una prima de riesgo. Las expectativas sobre reformas tributarias o cambios regulatorios pueden frenar o acelerar la salida de capitales. En este contexto, la proyección de consenso de un dólar entre $900 y $1.200 para fin de año no es alarmista. Es un mapa de los posibles escenarios. ¿Está preparado el bolsillo del chileno promedio para navegar esta turbulencia?