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El dólar operaba a $928 y la UF a $39.643 aquel 30 de noviembre de 2025, pero el verdadero agujero en el bolsillo de los chilenos tenía otro nombre: violencia laboral. Un costo silencioso que drena ingresos, frena carreras y pone en jaque la productividad de todo el mercado.
La narrativa económica chilena siempre se escribe con las cifras del día: el tipo de cambio, la inflación, el precio del cobre. Sin embargo, existe un indicador de riesgo país que no cotiza en la bolsa pero erosiona los cimientos de la economía real. Es el costo de la disfunción al interior de las empresas. Mientras el Banco Central ajusta tasas para contener presiones, una pandemia de acoso y estrés tóxico actúa como un lastre directo sobre el consumo interno y la capacidad productiva. Este no es un problema de Recursos Humanos; es un problema macroeconómico con nombre, apellido y costo en CLP.
- El Dato: Las denuncias por violencia laboral superaron las 10.000 en 2025, un máximo histórico que revela una falla estructural en el mercado del trabajo chileno.
- Por qué importa: Cada caso representa una fuga de capital humano. Se traduce en bajas de productividad que afectan los resultados trimestrales de las empresas, en mayores gastos en salud para las familias (desviando recursos del consumo) y en una rotación que encarece la operación, presionando eventualmente los precios.
- Lo que viene: La Ley Karin y un creciente escrutinio ESG obligarán a las empresas a internalizar este costo. Quienes no gestionen su clima laboral verán mermada su rentabilidad y su valor en bolsa. Para el trabajador, la inflación de servicios de salud mental y legales será un gasto ineludible.
La Ecuación Oculta: Cuando el Desgaste Psicológico se Convierte en Pérdida Patrimonial
Analicemos esto como lo que es: una mala inversión. Un trabajador en un ambiente hostil ve depreciarse su activo más valioso: su capacidad de generar ingresos sostenidos y en crecimiento. El «impuesto psicológico que paga se materializa en menos bonos, ascensos bloqueados y un riesgo elevado de salida forzosa del mercado laboral, lo que en un contexto de UF al alza y créditos indexados, puede significar la descapitalización acelerada de una familia. No es una metáfora. Es un flujo de caja negativo. Las terapias, los abogados, los días médicos son egresos puros que competirán con la cuota de la hipoteca o el ahorro previsional. En un país donde el costo de la vida ya es una presión constante, agregar este ítem es un lujo que nadie puede permitirse.
El mercado ya está reaccionando. Las consultoras de bienestar corporativo y las plataformas de salud mental están levantando capital a tasas récord. Es un sector en expansión forzada, porque la demanda es crónica. Mientras, las aseguradoras comienzan a ajustar primas para empresas con alto índice de conflictos laborales. El riesgo está siendo cuantificado y su precio, trasladado.
"Un ambiente tóxico es una fuga de capital humano que no aparece en el balance general, pero que el mercado termina castigando. La productividad es el primer dividendo que se recorta."
Para el Inversor: El Clima Laboral Como Indicador Leading de Rentabilidad
El trader que solo mira gráficos de dólar y el analista que solo desmenuza estados financieros está operando con información incompleta. La gobernanza corporativa (la «G del ESG) incluye la calidad de vida al interior de la empresa. Un reclamo por acoso o una huelga por clima laboral son eventos de riesgo operacional severo que pueden desplomar una acción en horas. La empresa chilena que hoy no tiene métricas claras de bienestar y canales efectivos de denuncia es una empresa con un pasivo contingente enorme en su futuro.
La pregunta para el ahorrante común es más cruda: ¿su fondo de pensiones está invirtiendo en compañías que destruyen valor social y, por tanto, económico a largo plazo? La presión por inversiones sostenibles ya no es moda; es un filtro de sobrevivencia. El capital hoy huye del riesgo reputacional. Y nada daña más una reputación que ser conocido como un mal lugar para trabajar. La Ley Karin no es solo una norma laboral; es un nuevo parámetro de análisis fundamental. Ignorarlo es tan riesgoso como ignorar la trayectoria de la tasa de política monetaria del Banco Central. Ambos definen el costo del dinero. Uno, el financiero. El otro, el humano y, en última instancia, el mismo.